ACIERTOS EN LAS

EMPRESAS FAMILIARES

cuestión de buenas, pero complejas decisiones.

NUESTRO EXPERTO:

HUELLA EMPRESARIAL:

HUELLA EMPRESARIAL:

Conoce los principales avances en servicios y productos sostenibles de la mano de empresas vanguardistas y responsables con el medio ambiente y la comunidad. En esta edición Banco Procredit y Grenpack nos comparten sus principales proyectos basados en principios de sostenibilidad ambiental y social.

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EDITORIAL

Actualmente, se ha reconocido más y más el importante aporte de las empresas familiares para las economías nacionales, y Ecuador no es la excepción. La generación de empleo, el pago de impuestos, la creación de valor a través de la innovación y el emprendimiento continuo, en el caso ideal a través de múltiples generaciones, marcan el camino al éxito en este tipo de compañías.

Actualmente, se ha reconocido más y más el importante aporte de las empresas familiares para las economías nacionales, y Ecuador no es la excepción. La generación de empleo, el pago de impuestos, la creación de valor a través de la innovación y el emprendimiento continuo, en el caso ideal a través de múltiples generaciones, marcan el camino al éxito en este tipo de compañías.

«En Ecuador, entre el 85% al 90% de las empresas son familiares y la mayoría están entre primera y segunda generación (muy pocas están en la tercera o cuarta). En cuanto a Alemania, su ecosistema empresarial también se compone mayoritariamente por compañías familiares, y muchas de ellas están ya en la octava, novena o décima generación. La planificación estratégica y familiar, una rutina de sucesiones exitosas, innovación constante, la llegada exitosa a nuevos mercados y la transparencia en sus procesos son solo algunos de los referentes que Ecuador puede tomar de estas dinastías empresariales germanas.»
Hay un factor común que une a las historias de éxito de las familias empresarias antiguas en toda su diversidad de industrias, modelos de negocio y países de origen: el reto continuo de la toma de decisiones difíciles, que generalmente está marcado por la incertidumbre y la tensión de metas entre el sistema empresarial y el sistema familiar. Mantener viva una empresa familiar es, posiblemente, el trabajo más difícil que hay en la tierra, y esta premisa no viene “gratis”.

Si el camino del emprendedor es difícil, el del empresario familiar seguramente lo es el doble o el triple considerando la complejidad de las decisiones que enfrenta a lo largo de los años. Porque donde el emprendedor tiene que analizar mercado, producto y competencia entre otros factores, el/la empresario/a familiar debe tomar en cuenta adicionalmente la complejidad de mantener unida a una familia creciente, esto sin mencionar el ser proveedores económicos de esa misma familia.

«En Ecuador, entre el 85% al 90% de las empresas son familiares y la mayoría están entre primera y segunda generación (muy pocas están en la tercera o cuarta). En cuanto a Alemania, su ecosistema empresarial también se compone mayoritariamente por compañías familiares, y muchas de ellas están ya en la octava, novena o décima generación. La planificación estratégica y familiar, una rutina de sucesiones exitosas, innovación constante, la llegada exitosa a nuevos mercados y la transparencia en sus procesos son solo algunos de los referentes que Ecuador puede tomar de estas dinastías empresariales germanas.»

Afortunadamente, en la actualidad contamos con muchas experiencias y resultados de investigación científica que permiten mapear las decisiones más trascendentes en el camino de una empresa familiar, y de esta manera apoyar a las familias propietarias para que tomen las decisiones necesarias, a tiempo y con una guía objetiva.

Podemos distinguir entre dos grandes áreas en las cuales una familia empresaria necesita tomar decisiones acertadas para hacer posible un éxito sostenible a largo plazo. La primera, es la estabilidad del sistema, y la segunda responde al crecimiento. Si nos imaginamos la empresa familiar como un castillo, estabilidad se refiere a todo puertas adentro; y crecimiento, en cambio, a decisiones hacia afuera de sus muros.

DECISIONES NECESARIAS

“PUERTAS ADENTRO”

Las familias empresarias enfrentan (mejor temprano que tarde), giran principalmente en torno a las reglas de juego, el gobierno y la sucesión y deberían estar basadas en la confianza mutua y una buena comunicación.

Como acuerdos mínimos en cuanto a reglas de juego se debería definir quién puede y quién no puede trabajar, y en qué condiciones (lazos consanguíneos, políticos, adoptados). Al mismo tiempo, es importante preguntarse quién podría convertirse en propietario de la compañía y cómo, a lo que se suma la definición de una política objetiva sobre la distribución de dividendos, así como también los niveles y formas de compensación de miembros de la familia que trabajan en la empresa.

Recomendación: Según estándares del mercado

ni mucho más ni mucho menos.

La energía y movilidad, la agricultura, salud, biotecnología, TIC´s y finanzas son solo algunos de los campos prioritarios en los que la inversión en innovación garantiza un impulso para los países

Otro tema de decisiones fundamentales para garantizar la estabilidad del castillo de la empresa familiar recae en las definiciones sobre cómo gobernar el sistema. Muchas familias establecen un directorio o una junta consultiva para su(s) empresa(s) idealmente complementado por directores profesionales formados e independientes: no solo los amigos íntimos o el abogado de toda la vida del fundador. Sin embargo, pocas llegan a establecer y usar gremios de gobierno para la familia como un Consejo de Familia o una Asamblea Familiar, aunque estos cumplen un rol fundamental de dar espacio a las discusiones necesarias que brindan estabilidad a largo plazo. 

Si la meta es la sobrevivencia por generaciones, entonces se vuelven indispensables periódicamente las decisiones sobre la sucesión entre generaciones. ¿Se quiere traspasar la gerencia a la próxima generación? ¿O la propiedad? (La respuesta frecuentemente es sí a ambas cuestiones) Y: ¿Quieren ellos realmente recibirlas? ¿En qué condiciones? ¿Están preparados?  

También: ¿Les estamos pasando un activo en un buen estado, que les genera valor, o les estamos pasando un problema y más bien dolores de cabeza? Otra decisión en este ámbito es en qué momento sería válido buscar apoyo en gerentes externos como complemento o reemplazo de los miembros de la familia, y así plantearnos: ¿Aportamos más valor como dueños profesionales activos o como operadores de nuestra(s) empresa(s)? 

Las decisiones en el área de estabilidad se pueden conectar con las que se relacionan con el crecimiento “del castillo hacia afuera” a través de las definiciones de una estrategia familiar bien alineada. ¿Qué queremos lograr juntos como familia?

¿En dónde nos vemos en 10 años? ¿Por qué hacemos lo que hacemos y qué valores guían nuestras decisiones a lo largo del camino? ¿Cómo se complementan nuestras metas individuales para cumplir con las metas conjuntas de la familia? Estas son algunas de las preguntas que una buena estrategia familiar debería poder responder para todos los miembros de la familia empresaria, sin importar su rol dentro del sistema. 

La proyección en el tiempo (¿en dónde nos vemos en 10 años?) debe contemplar una renovación continua de las actividades empresariales a través de la innovación. Muchas de las familias más antiguas, hoy hacen algo completamente distinto de su negocio original con el que empezaron hace ocho o 10 generaciones atrás. Este proceso de renovación puede apalancarse en emprendimientos nuevos de miembros de la próxima generación y puede incluso llevar a la venta del negocio inicial de la familia. Aunque esta es, seguramente, una de las decisiones más difíciles que se puede tomar como familia empresaria, puede ser acertada si la industria original ya no es atractiva, y siempre y cuando se tenga un buen plan consensuado sobre cómo se administrarán los recursos líquidos provenientes de la venta (por ejemplo, a través de un family office).  

Las decisiones nombradas pueden dar una idea de la complejidad de lo que significa manejar una empresa familiar. La buena noticia es que, al contrario de lo que se siente a veces, estos retos son compartidos con muchas otras familias y es posible apoyarse mutuamente compartiendo experiencias y mejores prácticas, o incluso buscando ayuda en profesionales externos que pueden apoyar en la toma de decisiones (sin tomarlas por la familia, claro). 

Otro tema de decisiones fundamentales para garantizar la estabilidad del castillo de la empresa familiar recae en las definiciones sobre cómo gobernar el sistema. Muchas familias establecen un directorio o una junta consultiva para su(s) empresa(s) idealmente complementado por directores profesionales formados e independientes: no solo los amigos íntimos o el abogado de toda la vida del fundador. Sin embargo, pocas llegan a establecer y usar gremios de gobierno para la familia como un Consejo de Familia o una Asamblea Familiar, aunque estos cumplen un rol fundamental de dar espacio a las discusiones necesarias que brindan estabilidad a largo plazo. 

Si la meta es la sobrevivencia por generaciones, entonces se vuelven indispensables periódicamente las decisiones sobre la sucesión entre generaciones. ¿Se quiere traspasar la gerencia a la próxima generación? ¿O la propiedad? (La respuesta frecuentemente es sí a ambas cuestiones) Y: ¿Quieren ellos realmente recibirlas? ¿En qué condiciones? ¿Están preparados?  

También: ¿Les estamos pasando un activo en un buen estado, que les genera valor, o les estamos pasando un problema y más bien dolores de cabeza? Otra decisión en este ámbito es en qué momento sería válido buscar apoyo en gerentes externos como complemento o reemplazo de los miembros de la familia, y así plantearnos: ¿Aportamos más valor como dueños profesionales activos o como operadores de nuestra(s) empresa(s)? 

Las decisiones en el área de estabilidad se pueden conectar con las que se relacionan con el crecimiento “del castillo hacia afuera” a través de las definiciones de una estrategia familiar bien alineada. ¿Qué queremos lograr juntos como familia?

¿En dónde nos vemos en 10 años? ¿Por qué hacemos lo que hacemos y qué valores guían nuestras decisiones a lo largo del camino? ¿Cómo se complementan nuestras metas individuales para cumplir con las metas conjuntas de la familia? Estas son algunas de las preguntas que una buena estrategia familiar debería poder responder para todos los miembros de la familia empresaria, sin importar su rol dentro del sistema. 

La proyección en el tiempo (¿en dónde nos vemos en 10 años?) debe contemplar una renovación continua de las actividades empresariales a través de la innovación. Muchas de las familias más antiguas, hoy hacen algo completamente distinto de su negocio original con el que empezaron hace ocho o 10 generaciones atrás. Este proceso de renovación puede apalancarse en emprendimientos nuevos de miembros de la próxima generación y puede incluso llevar a la venta del negocio inicial de la familia. Aunque esta es, seguramente, una de las decisiones más difíciles que se puede tomar como familia empresaria, puede ser acertada si la industria original ya no es atractiva, y siempre y cuando se tenga un buen plan consensuado sobre cómo se administrarán los recursos líquidos provenientes de la venta (por ejemplo, a través de un family office).  

Las decisiones nombradas pueden dar una idea de la complejidad de lo que significa manejar una empresa familiar. La buena noticia es que, al contrario de lo que se siente a veces, estos retos son compartidos con muchas otras familias y es posible apoyarse mutuamente compartiendo experiencias y mejores prácticas, o incluso buscando ayuda en profesionales externos que pueden apoyar en la toma de decisiones (sin tomarlas por la familia, claro). 

Usted puede contactar a Johannes Ritz enviando un correo electrónico a  jr@courage.sg 

– Equipo Ökonomía Click

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