ACIERTOS EN LAS

EMPRESAS FAMILIARES

cuestión de buenas, pero complejas decisiones.

Huella empresarial

Desde Ecuador, la innovación y confianza mueven a la primera empresa exportadora de tableros de madera del continente

«La Empresa Ecuatoriana Novopan nació en 1978, y en la actualidad el 80 % de su producción está destinada a mercados internacionales. La trayectoria de esta empresa familiar se solidifica mediante el trabajo responsable, honesto y comprometido con la comunidad y el país; su venta anual bordea los USD 240 millones y es uno de los principales generadores de divisas a escala nacional. »

La empresa: Novopan es una empresa familiar que nace en 1978 y fabrica tableros de madera. El negocio se inició por la familia Álvarez Barba, en sociedad con un grupo familiar español y ha continuado con Andrés Chiriboga y Cesar Álvarez Villota. La compañía está en un proceso de transición hacia la tercera generación.

El experto: Ignacio Bustamante, presidente ejecutivo de Novopan desde marzo de 2022. Labora en la compañía hace 36 años, es ingeniero electrónico e industrial por la Universidad Politécnica y tiene un máster de Administración de empresas por el INCAE, también ocupó el cargo de gerente general desde 2000 hasta marzo de 2022.

La empresa líder en fabricación de tableros de madera es, orgullosamente, ecuatoriana. Su historia comienza en 1978, de la mano de dos grupos familiares (uno ecuatoriano y uno español). Novopan nació para exportar y lidera el mercado en Colombia, Perú y Ecuador, con tal constancia que, en la actualidad, el 80 % de su producción se exporta.

En América, las empresas más grandes de producción de tableros están al norte o al sur del continente, sin embargo Ecuador ha visto nacer y crecer a esta compañía que, además de confiar en su tierra para invertir e innovar, ve en ella un potencial excepcional para la producción: mientras que comúnmente los árboles pueden demorar hasta 30 años en crecer, Novopan ha investigado para permitir ciclos forestales de seis años, aprovechando las ventajas que ofrece el país, como ciclos regulares de lluvia y luz, acceso a puertos y, por ende, a la costa del Pacífico.

Como grupo familiar, hay rigidez en cuanto a las reglas de juego, y su influjo está vinculado con el profesionalismo y los méritos. Por otro lado, las reglas de juego y las políticas han sido transparentes y se ha delineado un proceso de transición estratégico y aterrizado en la realidad de la compañía, marcado por el respeto a la familia y la confianza en la administración. Más allá de cualquier desafío, el verdadero reto de la firma ha sido la búsqueda de nuevos mercados y oportunidades económicas: al inicio, la inversión de los grupos familiares socios fue muy exitosa y el 100 % de la producción llegaba a mercados en el extranjero, pero cuatro años más tarde, con el cierre del Pacto Andino, la empresa queda en Ecuador con un producto de escasa acogida. Hasta 1992 vendía muy poco, pero aprendió a valorar la pobreza, manejar dificultades e innovar.

En 1996, de la mano de un ajuste de procesos, Novopan arranca nuevamente su crecimiento, generando productos con valor agregado, y en 2007 hace una inversión considerable que multiplicó por diez su capacidad productiva. En 2019 se montó una nueva planta de producción, y duplicó su capacidad del momento. En 15 años, la compañía multiplicó por 20 su capacidad productiva. Economía circular, Responsabilidad social y ambiental, economía naranja e inclusión son para Novopan conceptos neurálgicos que se han aplicado, a pulso, desde su inicio. El uso de madera plantada (para no extraer ni afectar a los bosques naturales), las políticas de inclusión y equidad de género, la constante investigación e innovación de la compañía y su trabajo con las comunidades son solo algunos de los ejemplos que engrandecen esta firma que ha invertido en el país más de USD 100 millones en los últimos 15 años y que tiene más de 12 mil hectáreas de plantaciones forestales. El enfoque es claro: no hay crecimiento de la compañía si la comunidad no crece a la par, y por ello la relación con las comunidades integra el ADN y es una de las claras ventajas competitivas de Novopan. Convencidos de que la ayuda al universo entero no es integral, han enfocado su rango de acción a comunidades que están 5 kilómetros a la redonda de sus plantas (Palugo, Itulcachi, El Tablón, Mulauco, etc). El 100 % del personal operativo de las plantas proviene de las comunidades aledañas, pero el empleo no es lo único: la intención de Novopan es mejorar la calidad de vida de sus habitantes, por ello genera obras de infraestructura, alcantarillado, agua potable, agua de riego e incluso centros educativos (como la Escuela Enrique Ponce, en Itulcachi). Para Novopan, el empleo, la educación y la salud, son los pilares del progreso. Novopan sabe que la inversión ecuatoriana genera empleo ecuatoriano y, por ende, progreso ecuatoriano. La gratitud con el país es una de las principales razones para retribuir todo lo que este les ha dado.

No se trata de un mero sentimentalismo, sino de la certeza de que Ecuador tiene gente, mano de obra calificada y profesionales que están en capacidad de poner al país en el más alto nivel, y es por ello que la inversión es valiosa. Hasta 2007, esta compañía familiar generaba 120 plazas directas de empleo y no alcanzaba las 500 indirectas, hoy genera más de 600 plazas directas de trabajo y más de 6 mil indirectas; además, los indicadores la sitúan entre las cinco empresas más eficientes y con mayor cuidado de recursos en sus procesos productivos

– Equipo Ökonomía Click