El proyecto BLUE, por ejemplo, es una iniciativa de GreenPack®, que busca alinear los tres pilares de la sostenibilidad con las actualizaciones en la legislación, economía circular, carbono neutro, requerimientos ambientales y tendencias globales relacionadas con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). De esta forma se ha seleccionado una combinación de metodologías y estándares que permiten plasmar aportaciones para construir una ruta hacia la sostenibilidad hecha a la medida de los consumidores.
Láminas sostenibles, empaques y material de embalaje, son solo algunas de las propuestas de GreenPack® para el mercado, pero volverlas amigables con el ambiente es el desafío. En el caso de las láminas sostenibles, por ejemplo, vale recalcar que una lámina de embalaje común tiene alrededor de 20-23 µm. (micras) de espesor, esto por el largo total del tramo aplicado de manera manual en cada pallet podría suponer un uso de alrededor de 300 gramos de plástico de embalaje utilizado por pallet. Ahora supongamos que una empresa requiere envolver alrededor de mil pallets por mes, esto implicaría tres cientos mil gramos es decir unos 300 kilos. Si reemplazamos el tramo común por láminas eficientes como Greenfilm, que tiene solamente 8 µm. (micras), el mismo pallet consumiría 100 gramos es decir 100 kilogramos por mes, reduciendo en 200 kilogramos sus desperdicios.
GreenPack® propone a sus clientes e invita a todos las empresas y personas con las que se relaciona a usar y promover el uso de soluciones de empaque y embalaje sostenibles, es decir que sean económicamente viables, socialmente responsables y ambientalmente comprometidas. Es por ello que en su portafolio están presentes: GreenFilm (film de embalaje de bajo espesor), GripFix (antideslizante), que elimina el uso de plástico de embalaje, maquinaria especializada para optimización de tiempo y recursos y servicios internos de coembalaje y co-llenado, con el fin de eliminar el desplazamiento de productos reduciendo consumo de combustible, neumáticos, etc.
Todos estos productos contribuyen a los 3 ejes de la sostenibilidad y representan un interesante incentivo económico para su implementación y beneficio.
La sostenibilidad empieza por un compromiso de cada persona y empresa, al pensar, actuar y alinear esfuerzos, definiendo acciones concretas para emprender el camino hacia un mejor futuro para ellos, las personas en las que impactan y el mundo que esperamos tener.
El trabajo sectorial sinérgico también es clave: de parte de las autoridades se esperaría que se implementen medidas para incentivar a las empresas y a la población en general a adoptar una cultura de sostenibilidad, a través de educación desde temprana edad, en temas relacionados con medioambiente, respeto a los demás, y a la propiedad pública y privada desde enfoques económicos y morales.
Por otro lado, es fundamental que las políticas dirigidas a las empresas sean económicamente atractivas, por ejemplo, mediante incentivos tributarios, socialmente responsables y con disminución de trámites y tiempos que exigen a las personas esfuerzos evitables y ambientalmente conscientes con la eliminación de uso de papel y plástico.
En parte podría sonar utópico. Sin embargo, construir una ruta para políticas sostenibles es 100 % viable, ciertas medidas ya se aplican, pero todavía tenemos mucho camino que recorrer.
La historia adquiere un giro notable cuando las empresas se comprometen con adoptar prácticas de sostenibilidad que se vuelvan parte de la cultura organizacional, acción que derivará también en un cambio e inclusión de las prácticas de sostenibilidad en las familias de sus colaboradores y de todas sus partes interesadas: el efecto ocurre automáticamente cuando el primer paso emprende su marcha.